domingo, 17 de marzo de 2024

Compromiso de la alta dirección en PRL: Una de las claves para la seguridad

    

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    Como Técnico PRL, siempre que tengo que realizar una actuación en una empresa lo que más me preocupa no es el estado actual de la PRL en la empresa en cuestión, sino la voluntad de la alta dirección por crear y fomentar la PRL en la empresa.

    No sirve de nada -y lo digo, no solo por experiencia propia, sino porque muchos compañeros me lo han asegurado-, ir a una empresa, formar e informar a los trabajadores sobre los riesgos asociados a su puesto de trabajo, al lugar de trabajo y a las emergencias que puedan acaecer, si luego el empresario hace oídos sordos al Técnico PRL y solo se limita a firmar esto y aquello. El exceso de burocratización de la PRL y la falta de medios para la supervisión efectiva de la PAP hace que la PRL sea, para muchos empresarios, solamente un gasto “quitamultas” y un trámite meramente administrativo, dejando al Técnico PRL la tarea de crear -o de intentar, al menos- cultura preventiva en las empresas.

    Ante esta situación, yo recomiendo que el Técnico PRL acepte, antes de llegar a la empresa en la que tenga la actuación, que si no logra convencer a la alta dirección de la importancia de la PRL y de crear cultura preventiva, poco puede hacer. Salvo que el Técnico PRL trabaje en un SPP, es imposible realizar un seguimiento efectivo de la PRL en la empresa, y aun siendo Técnico PRL en un SPP, no somos omnipresentes para estar encima de cada trabajador recordándole a este que hay que trabajar de forma segura y sin realizar acciones imprudentes que puedan suponer un riesgo. Sin el apoyo de la dirección y de los mandos intermedios, que son los que van a estar supervisando con más frecuencia al trabajador, la PRL caerá en saco roto.

    Dicho todo esto, es necesario usar el sentido común y la lógica para lograr que la alta dirección participe en la PRL. Ejemplo de esto es explicarle al empresario que tiene una obligación legal en materia de PRL (por ejemplo, todo el Capítulo III de la LPRL), sin embargo, el empresario sabe que esto en sí no implica una “implantación de una cultura preventiva efectiva”, sino que solamente implica una serie de trámites burocráticos para salvaguardarlo de cara a la ITSS. Por ello, recomiendo enfocarlo de otra forma: El coste. Seguramente al empresario la idea de pagar por la PRL no le guste, y tener que hacer inversiones en PRL le gustará menos -os lo digo por experiencia-, sin embargo, si le informamos sobre el aumento productivo que trae consigo la PRL y, a su vez, cuánto le afectaría al bolsillo que un trabajador padeciera un accidente de trabajo, desarrollara una enfermedad profesional o la ITSS hallara incumplimientos legales, es muy probable que consigamos captar el interés del empresario.

    En lo personal, lo primero que hago al llegar a la empresa en la que tengo que realizar una actuación PRL es tomarme un café con el empresario. Es importante causar una buena impresión e ir “de menos a más”: Empezar a inspeccionar SU empresa sin antes preguntarle cómo está puede causar una mala impresión. Yo suelo invitarle a un café primero y luego interesarme sobre CÓMO ha llegado hasta donde ha llegado: Sé que a los empresarios les gusta hablar sobre cómo han sacado su empresa de la nada, como empezaron desde cero y han llegado hasta donde han llegado, etc. Es muy probable que el empresario sea más “receptivo” a escucharte si le has escuchado tú primero. Llegados a este punto, es importante hacerle entender que nuestro trabajo como Técnicos PRL no es sacarle el dinero, sino hacer que su empresa sea más productiva y, de paso, que sus trabajadores trabajen de forma segura y en un entorno seguro. 

    Es importante aclarar que, bajo mi criterio técnico, es obvio que la productividad de una empresa es secundario si lo comparamos a la seguridad y salud de los trabajadores, sin embargo, de cara a convencer al empresario de turno, es importante tener en cuenta que este será, por norma general, más receptivo a la PRL si se le convence, previamente, que esta le supondrá un aumento a nivel productivo que compensará toda inversión que vaya a realizar en materia de PRL. Siento decirlo, pero soy bastante negativo: No niego que no exista voluntad preventiva desinteresada por parte de los empresarios, solo digo que, por experiencia, no es lo normal. Debido a esto, y ateniéndome a la realidad, prefiero empezar siempre hablando de las bondades económicas de la prevención -que las tiene- antes de hablar de los gastos.

  Como conclusión, la figura de la alta dirección es vital para fomentar la cultura preventiva en las empresas. Es muy difícil que la cultura preventiva llegue sin el beneplácito de la alta dirección, por lo que el Técnico PRL tiene que tener como máxima prioridad el convencer al empresario para que se cree una cultura preventiva que sirva de base para que nosotros, como técnicos, podamos trabajar.



           

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